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Mujeres en STEM: construir igualdad desde la educación


Cuando las mujeres acceden a la ciencia y la tecnología, no solo transforman su vida: transforman el futuro de todos.

Desde el inicio de la vida, la curiosidad es uno de los motores que nos impulsa a descubrir e investigar. Al mirar el cielo y preguntarnos por la vida en otros planetas o por las especies que habitan la Tierra, imaginamos posibles respuestas ante lo desconocido. Si ese espíritu inquieto se alimentara por igual en niñas y niños, muchas más niñas elegirían formarse en el campo STEM.

Sin embargo, la realidad es otra: en pleno 2025, aún son pocas las mujeres que logran desarrollarse con éxito en la ciencia, la tecnología, la ingeniería o las matemáticas.


Educación STEM en México

El Movimiento STEM nació con la misión de visibilizar y aumentar la participación femenina en las áreas científicas y tecnológicas, al reconocer el limitado acceso que históricamente han tenido las mujeres a espacios dominados por hombres.

Pese a estos esfuerzos, la brecha persiste. En 2021, solo el 13.5% de las mujeres que accedieron a la educación superior eligió una carrera STEM. Esta cifra no solo refleja una desigualdad de género, sino también una pérdida de talento y de potencial para el desarrollo del país.


Barreras que aún persisten

Si no hay incorporación de las mujeres e igualdad de género, no habrá el desarrollo tecnológico que el país requiere; esto debe empezar desde la infancia

— Yanes Rizo

Los sesgos de género y las expectativas sociales siguen influyendo en las decisiones académicas de muchas mujeres, que son orientadas hacia las humanidades y alejadas de las ciencias.

  • En carreras como ingeniería mecánica o civil, solo 1 de cada 10 estudiantes son mujeres.
  • Por cada 100 pesos que gana un hombre en áreas STEM, su par mujer gana solo 82.

Estas cifras evidencian que no basta con motivar: es necesario acompañar, abrir estructuras y construir igualdad.


Un futuro con más posibilidades

Facilitar el acceso de más mujeres a la educación STEM va más allá de la equidad de género. Implica trabajar en comunidad y de manera estructural por un presente más justo y un futuro más innovador.

Cuando una niña se atreve a escoger una carrera científica, el futuro gana mil posibilidades más.